Campo de Girasoles


Calixto me llama al teléfono de la PAH a las siete de la mañana. Viéndolo entrar con la chaqueta descosida y la barba a medio afeitar le creo capaz de suicidarse hoy mismo. Me cuenta que le acaba de llegar un Tocho del juzgado. Le han quitado la tenencia de sus hijos y lo intiman a dejar su piso en 24 horas. Se pide un carajillo, toma un sorbo y se ríe con dientes rotos. Confiesa que hace tanto tiempo que no liga que ya ni podría reconocer el olor de un jazmín.
-        ¿Quién es el malo en esta película Alfredo?- pregunta con la mirada vidriosa.
-        La definición del mal ha evolucionado. Estamos en un mundo líquido de  precariedad laboral, sexo express en sitios de citas on line, dinero fácil y esquivo, especulación, desarrollo de cadenas en las que todo se vende a menos de lo que vale...
-        Con razón estás igual de solo que yo…con ese discurso no se te va a acercar  ninguna chica de veinte - Me veo en el espejo del bar y por un momento no sé si soy yo o es él al otro lado de la mesa. Sigo mi razonamiento.  
-        Un día los gerentes de banco borraron su sonrisa magnánima. La gente no pudo pagar los compromisos abusivos que había asumido.  El gerente no tuvo la culpa, tampoco quien acudió por un préstamo para algo necesario, menos el analista de riesgos…
Mientras hablo veo por el espejo como tres chicas con uñas pintadas de verde, piernas largas enfundadas en medias negras, tacos altos y tatuajes toman la puerta del bar. Estamos en el triángulo Friki, en Avinguda Sant Joan,  cerca del Parc Ciutadela.

-        En el siglo XX Calixto,  los malos eran inconscientes armados: Un SS sigue órdenes en un Campo de Concentración. Un oficial ejecuta en la Plaza de Tianamen. Hanna Arendt no lo podría definir mejor: Eichmann es un burócrata. Dice no saber que controla su destino y mata millones de personas.
Las chicas se devoran unos éclairs de café. Calixto les mira las tetas y los tatuajes sin pudor y pregunta.
-        ¿Y en el siglo XXI cómo funciona Alfredo?
-        Con una sonrisa, el gerente eleva un expediente en el que se despoja de identidad a la víctima. Se usurpan los datos del cliente para poder liquidarlo  y  reclamarle abusivamente. La víctima firma, junto a un notario, muy feliz con su sentencia de por vida.
-        ¿Cuál es el nombre del mal Alfredo?
-        Deshaucio. El responsable se ha fugado. No sabemos si se  había intentado hacer un campo de concentración o un campo de girasoles.
-        ¿Y qué proponen con esto de la PAH?
-        Dación en pago retroactiva, alquiler asequible, que se paren los desahucios, vivienda social y suministros garantizados. Le entrego un volante verde, Calixto lo lee con detenimiento.

Las góticas del triángulo friki parten como entraron, mostrando sus piernas. Alfredo me deja que pague el café. Balbucea una excusa. Se aparta rumbo al Arc de Triomf, con el cuerpo encorvado y la chaqueta raída en evidencia. En el frío de la vereda reflexiono: “Al menos le hemos dado nombre al mal”.

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