Todos los futuros posibles en otoño










El otoño de Europa golpea mi ventana, como si las gotas representaran las millones de tragedias que se ciernen en este día sobre estas ciudades antiguas, pesadas de lamentos y humillaciones. El mar golpea el empedrado azul, anochece temprano y las olas han despertado, quieren invadir el pequeño pueblo aliadas con la lluvia, quieren borrar el eterno esfuerzo civilizador en solo y oscuro fragor. Resuenan los truenos en una noche temprana y se ve como el precario paisaje es devorado por la furia.

No saldré esta tarde a recorrer las autopistas que no se han terminado por el dinero dilapidado. No consultaré a un médico mal pago, no me dirigiré a la maestra de mis hijos para ver si todavía el colegio está ahí. No intentaré trabajar ni producir. Me quedaré esperando a que pase la tormenta. Intuyo que la noche no se ha tragado nada de todo lo que sostiene nuestra existencia en este campo sembrado, aún sigue todo en pie y la pregunta es hasta cuando resistirá.

Como en los tiempos en que el cielo se poblaba de precarios aviones mortíferos, esta tormenta de otoño parece anunciar el fin de un tiempo en el que mágicamente había un espacio compartido posible. Ese espacio, amenazado, aún está. Anida en la frontera, en el límite entre la esperanza y el fracaso. La inteligencia y la emoción me dicen que es posible seguir, que hay un día en el que se termina la zozobra, en el que la incertidumbre deja paso a la muerte y a la vida que viene después de la muerte. Y en eso radica la esperanza, tal vez. En que lo que tenga que morir deba morir. Cada una de las gotas pegando en la ventana, que representa una tragedia, trae la pregunta: ¿Soy yo el que tiene que morir hoy? ¿Qué vendrá después? ¿Hay vida después de la vida? ¿ Hay amor después del amor? Preguntas que flotan en mi ventana como gotas, mientras las ideas de los hombres fracasan.

Nuevas ideas vendrán a poblar las viejas metáforas. Es hora de cambiar. Es hora de alejarse. Es hora de fundar un nuevo espacio, porque los cimientos de esta naturaleza han dejado de funcionar. Una naturaleza que reclama un proceso adaptativo. Un cosmos que con su misterio y su extensión nos pone en nuestro lugar. Moriremos, naceremos. En las gotas de tragedia, en los árboles caídos en la tormenta, en los campos arrasados de miseria, en las ciudades inundadas está el nuevo germen de algo que nos dejará afuera y nos traerá de vuelta. Algo que nos devolverá a esa tierra prometida de la que provenimos, al paraíso del que hemos sido expulsados. Un sentido que nos hará parte de la historia. En los millones de cadáveres está la vida. En la zozobra de una Europa que se desintegra de nuevo, partida en millones de partículas, en cientos de nacionalismos que no logran congeniar, radica el germen de una nueva construcción.

Es Grecia la que cae, es Atenas la que sucumbe. La luz de la civilización alumbra una nueva era: las personas están solas en la zozobra. Habitamos un tiempo en el que la incertidumbre es la única compañera. Son ellos, los que detentan el poder, los que se han aprovechado de la situación, son ellos los que igual que sus víctimas sucumbirán. Porque esa es la ley de la vida. Porque no hay nadie que pueda eternamente erigirse en opresor. No hay nadie que muera siendo víctima si no se siente tal, si enarbola la libertad como bandera, si construye un espacio para sí, aún en la peor de las miserias: la miseria moral. Primo Levi nos habla de la dignidad en medio de la atrocidad más infame, en medio de la más descarnada brutalidad del Holocausto. La dignidad de sentirse parte de algo que se desintegra es una opción. Hay un espíritu que se mantiene intacto, incólume frente a la mentira y la opresión.

En estos tiempos dramáticos, en los que los que aguantan se aferran a lo esencial y los que sucumben se entierran en la desesperación, hace falta más que nunca reafirmar esa noción: estamos aquí para algo, el camino tiene sentido y de las cenizas del desastre surge un nuevo espíritu, renovado, que sintetiza lo anterior y proyecta la esperanza hacia todos los futuros posibles.

Comentarios

Entradas populares